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ANDRÉS INIESTA

Andrés Iniesta

"Papá vámonos a Barcelona". El gaucho de 11 años, orgulloso, sentado en el asiento del copiloto realizaba el enésimo trayecto que separaban los 43 kilómetros entre Fuentealbilla y Albacete. El perrigoncillo, como le llamaban en casa, perseguía ciegamente un sueño. "No había otra salida, yo quería ser futbolista y el Barcelona me dio la oportunidad de serlo". Para su padre la proposición era un salto al vacío. Para Andresito era todo o nada.

En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre sí quiero acordarme. Sería una bonita manera de empezar un libro de este personaje. La famosa indeterminación de Cervantes quedaría resuelta al saber que, el noble caballero manchego, es Andrés Iniesta Luján. Futbolista. Nació en Fuentealbilla (Albacete) el 11 de mayo de 1984. Nuestro hidalgo contemporáneo recibe halagos ahí por dónde va. Este año será el primero en el que se entregue la denominación Balón de Oro FIFA. En la terna hay varios futbolistas Sneijder, Forlán, Xavi e Iniesta. A falta de tres meses para la entrega del nombrado trofeo, las quinielas han empezado a sondearse. El caballero manchego declara en una excepcional entrevista para El País, “No lo devolvería si me escogieran, se lo juro [se ríe]. Pero yo no pienso en el Balón de Oro”. En dicha entrevista desde Buenos Aires, Iniesta agradece que la gente lo valore pero no se obsesiona con el premio, dado que no depende de él.

Todo se remonta al año 1992, cuando fichó por el Albacete Balompié. Gracias a que el equipo manchego estaba en primera división, Iniesta pudo disputar el Torneo Nacional Alevín. Albert Benaiges, entrenador del Barcelona en ese torneo, convenció a la familia de Iniesta para que fueran a conocer La Masia. La posibilidad de alejar a su hijo quinientos kilómetros de casa, asustaba. "Recuerdo el viaje en coche, la parada a comer en la carretera... Éramos incapaces de comer nada.” El mozalbete, junto a su padre y su hermana, se moría de pena. Mari, la madre, apoyó a su hijo, y recuerda a un chico de la misma edad que acababa de llegar: el almanseño Jorge Troiteiro. Éste explica sus primeros pasos junto a Andrés. Llegamos juntos a La Masia cuando teníamos doce años. Yo me incorporé una semana antes y me costó adaptarme menos que a él”. Por aquel entonces ya estaban Valdés, Reina, Puyol y Arteta. El pequeño gaucho salido de un pueblo de Albacete era el más pequeño, el más tímido, quizás, el menos indicado para ser futbolista. Pero el valiente zagal, a la vez que forjaba su talento, también crecía como persona. Humilde, sencillo, trabajador, familiar y sincero."Soy lo que soy gracias a mis padres. Cuando tenía 12 años mi padre ahorró meses para comprarme unas botas. Las Predator. Cada vez que miro aquellas botas, sé de dónde vengo".

 

El heredero de Laudrup debutó con el primer equipo el 29 de octubre de 2002. A las órdenes de Van Gaal, se inició en un partido oficial de Champions League con 18 años, en Brujas (0-1). Sin embargo su verdadera felicidad se produjo el día de Reyes de 2003. Fue su estreno en el Camp Nou frente al decano del fútbol español, el Recreativo de Huelva (3-0). Con el dorsal 34, el canterano declaró "Fue un sueño hecho realidad". Desde la temporada 2004-2005, aquel mozalbete que jugaba con las botas que su padre apenas podía pagar, pasó a formar parte de la primera plantilla del F.C.Barcelona. Hasta la actualidad nuestro distinguido caballero ha logrado cuatro Ligas, cuatro Supercopas de España, dos Uefa Champions League, una Copa del Rey, una Supercopa de Europa y un campeonato mundial de clubes. Fue con la llegada de Guardiola en 2008, cuando el ingenioso jugador maravilló al mundo con sus regates y sus pases de fantasía. Lideró al F.C.Barcelona en la conquista del anhelado trébol (Liga, Copa y Champions). Anotó su gol más recordado con el club azulgrana en la vuelta de las semifinales de Champions, en Stamford Bridge, frente al Chelsea. Ahí se ganó el título periodístico de Don Andrés.

Después de la gran temporada rubricada con el Iniestazo, Andrés pasó un annus horribilis. La repentina muerte de Daniel Jarque, jugador del R.C.D. Espanyol, significó un vuelco en el corazón del futbolista. Andrés recuerda a su íntimo amigo Jarque como el líder de las categorías inferiores que cualquiera quisiera tener. Cuando volvían de las concentraciones era el propio Jarque él que lo acercaba a casa. Vecinos del Llobregat, quedaban muchas veces para tomar una Fanta. Volver a jugar contra el Espanyol no fue fue fácil. Andrés explica que el día del derby fue muy duro, y aunque se concentra mucho antes de los partidos,Aquel día lo buscaba en las filas del equipo rival, pero no estaba". Iniesta, que aparte de amistad tenía admiración por el central catalán, conserva hasta una veintena de camisetas de su colega.

De Viena a Johanesburgo y de ahí, al cielo. Uno de los mayores logros del caballero castellano, sin duda, fue el triunfo en la Eurocopa 2008 de Austria y Suiza. Con combinado nacional, el 29 de junio de 2008 en Viena, se proclamó campeón de la Eurocopa de selecciones. Jugó todos los partidos de titular.

En la Copa Mundial de Sudáfrica 2010, el refinado futbolista fue convocado nuevamente. Tras una derrota inicial y con una progresión ascendente, el combinado nacional llegó a su primera final. Cuando el partido agonizaba, con una prórroga interminable, a falta de cuatro minutos para la tanda de penaltis, el hijo predilecto de Fuentealbilla, paró el balón dentro del área. “Yo sólo pensaba en cómo iba a pegar a la pelota y dónde la quería poner. Desde que la controlo sé que es gol.” Sólo él sabe relatar aquellos segundos interminables para muchos, con la misma frialdad del momento “He de esperar a que caiga. Sabía que bajaba, que le pegaba, que era gol...” Con una risa irrefrenable, acaba la hazaña caballeresca cómo un filósofo “Esta vez la manzana fue el balón y la cabeza de Newton mi pie”. El jugador, paradigma de la humildad, es lo más alejado a una estrella del fútbol. Nadie sabe cómo en esas décimas de segundo bajó las pulsaciones y marcó el gol más importante de la historia del fútbol español. Para Iniesta su perspectiva del gol es muy diferente a la de cualquier espectador “La sensación en el campo es irrepetible. Hay un gol en esa final que es personal, muy mío... Él de la tele se parece, pero yo solo he metido una vez ese gol. Es distinto verlo que marcarlo”. Andrés dedicó el gol a su amigo desaparecido, luciendo una camiseta interior con el lema "Dani Jarque, siempre con nosotros". Aquel niño desganado, que iniciaba un viaje en coche junto a su familia, proclamó a la selección española campeona del Mundo. El buen caballero y fiel protagonista de esta historia cumplió el sueño de todo niño.

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